Duérmete niño, duérmete ya….

Hace demasiado tiempo que las noches dejaron de ser aquellas plácidas veladas en las que cerrabas los ojos y la desconexión era total hasta la mañana siguiente. No recuerdo como era aquel descanso, sólo tengo en la memoria las noches de desvelo y sobresalto. Dormir del tirón parece quedar muy lejano en el tiempo.

Los problemas con Morfeo para acogerme en sus brazos se iniciaron por el importante número de crisis nocturnas. El Dios griego me quería a su lado, la bestia también. Más fuerte y poderosa sé hizo con la situación, controlando las horas de oscuridad. La noche es suya.
Es dueña y señora de ella. A pesar de algunas mejoras en las crisis con el paso del tiempo, tiene la fea costumbre de seguir manteniendo pulsos con el griego, alterando mi ciclo y mi descanso.

Debido a esa lucha mantenida por los dos, la noche que la bestia no aparecía, Morfeo tampoco me agarraba con la suficiente fuerza. Quizás por miedo a que si lo hacía, apareciese nuestra «amiga» con ganas de separarme de su lado violentamente.

Toda la noche en brazos de Morfeo, un lujo.

Toda la noche en brazos de Morfeo, un lujo.

La solución médica para poder pasar las noches sin desvelarme, apareciesen las malditas crisis o no, era la esperada. Pastillas para dormir.
Para dormir, para estar relajado, para no poder moverte, para estar «colocao»….. Es la sensación que me dio, lo que me producía. Más pastillas, no molaba, ya tomaba demasiadas. Había que buscar otra solución para no pasar tanto tiempo en el salón a horas intempestivas.

Supe de la melatonina como tantas cosas por ACRA y sus socios, en donde me informé y me informaron.
La melatonina es una hormona que se encuentra de forma natural en el cuerpo. Tiene muchos usos, pero cabe destacar que se utiliza para ajustar el reloj interno, para ajustar los ciclos de sueño y vigilia y el tratamiento para la incapacidad de conciliar el sueño.

Decidí probarlo. La primera pastilla natural que iba a ingerir para la Cefalea en Racimos. Con el estómago alicatado con el Litio, el Topiramato y toda esa mierda, esto sería como tomar un caldito por la noche.
Empece con ellas, y con él transcurso de los días empece a comprobar su eficacia. Comenzaron a hacer su función y consiguieron que pasara las noches sin crisis sin aparecer por el salón cómo un sonámbulo.

La solución a cualquier problema, medicación.

La solución a cualquier problema, medicación.

Sin duda la melatonina fue un descubrimiento, pero llevaba un tiempo tomándola cuando empece a notar al despertar un agotamiento en todo el cuerpo, no lo achacaba a nada, no sé porque se producía.  Seguía con los mismos hábitos, y la misma medicación, nada había cambiado excepto las nuevas pastillas de melatonina.
Resulta que estas vienen en su composición mezcladas con diferentes hierbas, unas fabricadas con manzanilla, otras con poleo, con melisa etc.
La melatonina es la primera en actuar, provocando la soñolencia y alcanzando el sueño profundo, para dejar paso después al efecto de las hierbas, relajación, pesadez.. De ahí el despertar con sensación de cansancio y agotamiento.

Anduve buscando una melatonina exenta de hierbas para verificar cuanto de real había en los efectos de estas. Encontré la Safranina, de la marca Phidinut, que son unas pastillas bucodispersables (como el Maltax-Max ) hechas de melatonina y azafrán. Esta flor era usada ya en la antigüedad, mezclada con aceites, para la fabricación de ungüentos para combatir el insomnio. Con esta forma de administración oral se consigue que no se pierda nada en el hígado, como sucede con otro tipo de pastilla, y que actúe al cien por cien en nuestro organismo.

Mi mejor aliada para la noche

Mi mejor aliada para la noche

Llevo un tiempo acurrucandome junto a Morfeo por las noches y de ahí sólo me mueve alguna vez la inoportuna bestia, pero si esta no aparece, me quedo abrazado a el como un bebe hasta la mañana siguiente.

                                     Felices sueños

¡Más chutes no!

No recuerdo bien, pero no faltarían muchos meses para cumplir la mayoría de edad, y ya esperabas con impaciencia la carta del gobierno militar que te recordaba que en breve pasarías dieciocho meses con ellos.

Tenía amigos mayores que habían pasado por las «milicias», me sabía las historias de carrerilla, todas iguales, como sus cortes de pelo. Consumieron mucho alcohol y fumaron como nunca, pero también obedecieron órdenes de desconocidos sin rechistar, como jamás lo habían hecho en casa con sus padres.
No volvió ninguno más hombre de lo que se fue, es más, alguno vino mucho más idiota. 

El rollo marcial no iba conmigo, siempre lo tuve claro. No formaría parte de esa historia.

¡Haré de usted un hombre, soldado!

¡Haré de usted un hombre, soldado!

Me declare objetor de conciencia, con el tiempo fue más sencillo, pero en los años que me «tocó» cumplir el servicio, el Gobierno Militar situado en la calle Atocha de Madrid, daba el visto bueno o no a los motivos que les argumentabas para no hacer la «mili» y sí la «objeción».

El Servicio Social Sustitutorio (Objeción de Conciencia) lo realicé durante dieciocho meses en la Asociación de Deportistas Contra la Droga. A un Centro de Día acudía de lunes a viernes cuatro horas al día. Allí los toxicómanos intentaban la rehabilitación a base de muchas tareas (charlas individuales, pruebas médicas, terapias grupales, deporte…) y en todas me hicieron participe. Aprendí mucho, muchísimo, sobre todo de todos los enfermos que conocí.

Llevo mucho tiempo pinchándome, pero no tanto acordándome de aquellos años. He leído acerca de los estragos que causa el Sumatriptan (Inmigran), mismo perro, distinto collar, en algunos compañer@s, yo nunca he corrido ese mala suerte. Me pinchaba, me hacía efecto a los 8-10 minutos y a funcionar.
Pero desde hace un tiempo algo ha cambiado cuando uso la inyección. Me vienen a la memoria esas charlas con los chavales del Centro y todo lo que aprendí de ellos, y pocas veces compartí por ser tema tabú.

Campo de amapolas

Estas no hacen daño, la resina refinada de sus «primas» pueden matar

Ahora cada vez que aprieto el pulsador y la aguja se inserta en el brazo, una nueva sensación invade mi cuerpo. Noto como el líquido avanza por mis venas a un fuerte ritmo hasta estallar en la cabeza en un dolor insoportable. Un grado más de intensidad del dolor sentido antes del pinchazo.
En principio ningún efecto secundario más, exceptuando algún temblor de piernas ocasional cuando el intenso dolor se ha extinguido.

Luego llega la calma y las sensaciones agradables. El dolor ha sido eliminado, cortado de raíz. Me siento eufórico por la eficacia que tienen las inyecciones a pesar de las dudas que me generan. ¡Eso sí!, que no me falten, siempre cerca de mi.

De lo más importante que aprendí de los enfermos del Centro de día, era los estragos que causaba la «Dama Blanca», más en auge en aquella época, tanto a ellos como a sus familias. También las experiencias vividas por muchos, relatando con detalle las sensaciones que tenían al introducir esa sustancia prohibida en su cuerpo. El antes y el después de aquella locura.

Mañana lo dejo....

Mañana lo dejo….

El «caballo» activa un sistema de nuestro propio organismo denominado “sistema opioido” que regula los procesos físicos y psíquicos tan importantes como la sensación de placer, de satisfacción y el control del dolor.
Nada más ser pinchada notarás como recorre tu cuerpo hasta llegar al cerebro donde se convierte en morfina. Allí se adhiere a los receptores opioides y como resultado una oleada de sensaciones agradables, calma y euforia.

Eso es solo el principio. Luego están los efectos secundarios, devastadores. Familias destrozadas. Vidas frustradas. Vidas acabadas.

A veces no puedo evitar con tanto pinchazo, con tanta sensación y con tanta dependencia sentirme como un yonqui.

                      Muchísima salud para tod@s